5.12.15

GABRIEL CHÁVEZ CASAZOLA



Gabriel Chávez Casazola (Bolivia, 1972)
Poeta y periodista boliviano, considerado “una de las voces imprescindibles de la poesía boliviana contemporánea”. Es autor de los libros de poesía Lugar Común (1999), Escalera de Mano (2003), El agua iluminada (La Hoguera, 2010) y La mañana se llenará de jardineros (2013 en Ecuador; segunda edición en Bolivia, La Hoguera, 2014).  En otras naciones se publicaron las antologías de su poesía El pie de Eurídice (Gamar, Colombia, 2014), La canción de la sopa (El Ángel, Ecuador, 2014) y Cámara de niebla (El Suri Porfiado, Argentina, 2014), que acaba de publicarse también en Bolivia (Plural,  2015)
Parte de su obra se halla traducida al italiano, portugués, inglés, griego, ruso y rumano. Poemas suyos se encuentran incluidos en antologías bolivianas e internacionales, entre ellas El canon abierto. Nuevos poetas en español (Visor, España, 2015).  Ha participado en encuentros y lecturas de poesía en las tres Américas y España.
Imparte talleres de poesía, es columnista en periódicos bolivianos y colaborador de revistas internacionales de poesía. Tiene también libros publicados en otros géneros y editó una Historia de la cultura boliviana del siglo XX premiada como Libro Mejor Editado en su país en 2009.  Entre otros premios, ha recibido la Medalla al Mérito Cultural del Estado boliviano. En 2013 fue finalista del Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo. 


 “Gabriel Chávez Casazola es, sin lugar a dudas, no solo el poeta boliviano de mayor visibilidad internacional sino, estoy segura, el de mayor trascendencia entre los poetas de fines del siglo XX. Su voz rompe las tradiciones de la poesía críptica e inaugura, sin temor a los prejuicios, una corriente estética de decantada transparencia, belleza y fuerza evocativa. Estamos pues ante una poesía que no tiene pudor para ‘conectar’, pero que, sin embargo, no se pierde en lo banal; al contrario, es desde su aparente simpleza que se cuela, como por las rendijas, en una cadencia espiritual, emotiva e incluso filosófica, que posteriormente reverbera o, mejor, se queda en el lector como un tatuaje, hermoso y perturbador”. (Magela Baudoin, narradora y crítica boliviana)